El mundo de las dislalias
Es casi inevitable mirar dulcemente a un niño que dice “¡Toy zuperman!” mientras alza el puño y se pone su sudadera con forma de capa de superhéroe.
Y es que, las alteraciones en la pronunciación de fonemas durante la infancia son más comunes de lo que pensamos. Pero nuestra visión cambia si observamos a un peque de dos años frente a otro de seis con un discurso similar.
Por ello, es importante tener en cuenta el origen y la persistencia de este trastorno, que afecta a la comunicación, aprendizaje y desarrollo de los más peques.
¿Qué son las dislalias?
La dislalia es un trastorno en la articulación o producción de uno o varios fonemas, produciendo alteración, sustitución o ausencia de sonidos concretos.
Es importante considerar que no todas las alteraciones se producen de manera similar o generalizada sobre el mismo fonema. Los errores pueden presentarse por sustitución, omisión, translocación, inserción y/o adición, y además pueden variar dependiendo del número de fonemas afectados, consonantes o vocales, siendo simples, múltiples o generalizadas. Por ello, las dislalias constituyen uno de los trastornos fonológicos más frecuentes en la infancia, siendo su pronóstico favorable en la mayoría de los casos tras la realización de una adecuada intervención logopédica. Hoy en día encontramos diferentes denominaciones para categorizar la dificultad en la producción de un fonema específico, dependiendo del fonema afectado. Dentro de las más populares encontramos; la sustitución del sonido /s/, conocido por sigmatismo, emitiendo el conocido “ceceo”, y dificultad con sonidos vibrantes como la /r/, /rr/ para el famoso rotacismo.
Para valorar el tiempo necesario de intervención sobre la adquisición, tenemos que valorar el origen del trastorno, factor que nos guiará para la realización de los objetivos específicos necesarios y ejercicios a poner en práctica.
Clasificación y tipos de dislalias:
Aunque la afectación sobre un mismo fonema parezca la misma, la intervención destinada a su corrección tiene un desarrollo diferente si tenemos en cuenta el origen de la alteración. Por ello es importante conocer el origen y la tipología del trastorno fonológico, siguiendo la siguiente clasificación:
- Dislalia evolutiva o fisiológica: Son dislalias producidas por la inmadurez del aparato orofacial bucofonatorio, que impide articular fonemas propios de la etapa madurativa. A consecuencia, otras áreas del lenguaje, como el lenguaje oral y expresivo, el discurso y/o vocabulario se ven ligeramente afectados.
- Dislalia audiógena: Causadas por deficiencia auditiva. Se producen errores de reconocimiento, discriminación y producción de fonemas con sonidos semejantes a consecuencia del déficit auditivo (caza/casa). Por ello, al no discriminar correctamente el fonema, es frecuente encontrar errores presentes en fonemas similares para los que necesitaremos un refuerzo o facilitador para lograr la distinción entre ambos.
- Dislalia orgánica: Errores producidos por alteración de origen orgánico, que pueden originarse por afectación en el Sistema Nervioso Central (disartria), o por malformación o anomalía de los órganos bucofonatorios (disglosia).
- Dislalia funcional: Se emiten por el mal funcionamiento de los órganos articulatorios, sin existir ninguna alteración de origen orgánico. Este tipo de dislalias pueden producirse debido a factores condicionantes que inciden sobre el desarrollo de la conciencia fonológica y la articulación, como pueden ser; escasa habilidad motora, factores psicológicos, factores ambientales, y discriminación auditiva, entre otros.
Intervenir a tiempo, no dejarlo pasar
Es importante estar atentos a los errores fonológicos producidos por los más peques, la dislalia es un trastorno de la comunicación que debe tratarse de manera temprana.
Es natural presentar errores durante la adquisición del lenguaje, toda etapa de aprendizaje tiene una breve fase de “ensayo y error”. La clave radica en la persistencia del error fonológico y/o articulatorio.
Por ello, en caso de detectar persistencia en la alteración de fonemas, habla ininteligible y/o dificultad en la articulación, es recomendable acudir a un especialista logopeda que rectifique estos errores, trabaje la conciencia fonológica, y reeduque la coordinación muscular y tono de los órganos orofaciales. El profesional pondrá en marcha una intervención personalizada para cada paciente, atendiendo a sus necesidades y valorando todos los aspectos que, de manera coordinada, son los que permiten la producción del lenguaje comunicativo.
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